Saber descansar
Es claro que la pandemia nos ha obligado a modificar muchos de nuestros hábitos en aras de poder realizar nuestras actividades de mejor manera. Pero una que regularmente supeditamos a las otras es el descanso.
Cuando comencé mi carrera profesional, me compré la idea de que si quieres triunfar debes estar todo el tiempo sobre el trabajo, nada debía estar en el campo de visión más que el trabajo y más trabajo, había que acumular muchas horas de vuelo y tenían que suceder pronto. Eso a la larga me trajo muchas consecuencias negativas: ansiedad, gastritis y demás. Luego a lo largo de los años fui entendiendo que no tiene porque ser de esa forma.
Ahora que estamos en nuestras casas trabajando por la pandemia, he estado aplicando algunas cosas que creo que pueden ser de ayuda para alguien que sufre del trabajo por el exceso de encierro:
Horario fijo
Tu trabajo comienza a una hora y termina en otra muy específica ¿por qué habría que hacerlo si eso nunca sucedía en la oficina? Muy simple, por que ahora estás en tu casa y esa línea es muy fácil de cruzar, eso puede hacer que te den las tantas de la mañana y sigas trabajando, por ejemplo, yo comienzo a las 8 h. mi día laboral y lo terminó a las 18 h. preferentemente; hay días que tengo clase hasta las 20 h. pero sé que a esa hora termina y que es el único día que lo hago, no es una constante que no está en mi control. Si lo comienzas a hacer, verás que cuando regreses a la oficina será algo que quieras mantener y eso será una mejor forma de vivir el trabajo.
Tareas y objetivos
Tener tareas y objetivos diarios es importante ¿qué debo realizar hoy?¿qué es urgente o prioritario? Yo utilizó Bullet Journal como método de trabajo. Si hay algo que no pude terminar ese día, será con lo que comience el siguiente y me enfocaré en terminarlo pronto. Tus tareas a realizar deben tener un tiempo estimado que debe ser realista para que tu lista de pendientes no se vaya haciendo cada vez más grande. También el poder tener una lista de pendientes ayuda a vaciar la cabeza en papel todo aquello que no se realizó para que no tengas que llevártelo a la cama y que no te deje dormir por estarle dando vueltas.
No uso apps para ello, el papel me funciona mejor por que es más difícil de ignorar.
Horas de comida
Esta es una de las partes más importantes del día. Yo desayuno a las 8, como a las 13 h., ceno a las 20 h. sin falla. Eso obliga en primera instancia a fijar de qué momento a qué momento tengo que cumplir y realizar mis tareas y el tiempo con el que dispongo, además de que hace que no olvide que tengo que comer y que es necesario separarme de la pantalla para ello. Por ende también, no se come frente a la pantalla. No lo olviden.
No notificaciones
Ya que en la noche me separé de la computadora, es necesario también apagar las notificaciones del celular. Tengo programado mi teléfono para que a partir de las 21h hasta las 9 de la mañana entré en modo no molestar. Nada es tan urgente ni tan importante que evite mi descanso. Todo se puede resolver al día siguiente.
El fin de semana es el fin de semana
Creo que el título es claro y repito lo anterior: nada es tan importante ni tan urgente que evite mi descanso. Lean, caminen, jueguen, canten, duerman, hagan cualquier cosa menos trabajar, a veces tendrás que hacerlo pero es eso, a veces, el trabajo no debe ser una constante de fin de semana.
Meditar y hacer ejercicio.
Eso es algo que a veces me falla pero logró hacerlo la mayor parte del año. La meditación te permite aprender a estar quieto, a escuchar a tu mente y cuerpo, a poner atención en tu alrededor. Ese foco te ayuda a ir entendiendo qué es lo importante y qué no.
El ejercicio también es meditar, es escuchar tu cuerpo y darle el mejor mantenimiento. Hacer ejercicio no significa correr 10 km todos los días o ponerte mamado(a), puede ser solo caminar media hora por tu barrio, lo importante es moverte y hacerte consciente de cómo tu cuerpo se beneficia de ello.
Apagar la computadora
Cuando termines tu día o semana laboral no la dejes prendida, eso puede hacer que te den ganas de regresar a ella en cualquier momento. Apagarla te obligará a pensar en la lata que significa que vuelva a arrancar y te lo hará pensar dos veces antes de encenderla.
Conclusión
Si hay una aprendizaje de todos estos años es que no hay dinero que valga mi tranquilidad. Cada una(o) va a ir encontrando su equilibrio y qué es lo que le funciona mejor, pero para llegar ahí necesitamos poner atención en cómo nuestras mente y nuestro cuerpo reaccionan a eso y ese será nuestro verdadero estándar de rutina diaria.